La reflexología es una práctica antigua, con más de 4.000 años de historia. Se ha utilizado para facilitar la curación natural, aliviar el dolor, reducir el estrés y la tensión, o simplemente para relajarse placenteramente. Es una técnica de punto de presión terapéutico antiguo basado en el entendimiento de que ciertas partes del cuerpo, conocidos como microsistemas, tienen en el pie y en las manos un punto reflejo que los representa. Se trata de la aplicación de presión alterna con las manos a puntos específicos en los pies, manos, orejas, o la cara que puede afectar a varios órganos y partes del cuerpo.
La reflexología equilibra el sistema nervioso mediante la estimulación de estos microsistemas, como las terminaciones nerviosas de los pies. Estas terminaciones nerviosas se conectan a través de los nervios espinales, y luego a sus correspondientes órganos en todo el cuerpo. La reflexología también trabaja con el sistema circulatorio, descongestionando y depositando en los pies, que a su vez ayuda a desintoxicar el cuerpo.