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La organización mundial de la salud (OMS) ha informado recientemente que el dengue afecta a casi 400 millones de personas al año.
Entre las edades más afectadas por esta enfermedad, han predominado mayoritariamente las personas mayores de 20 años de edad, un 60% de infectados, mientras que la cifra en niños grandes y adolescentes (10-19 años) se estima un 20%, y otro 20% en niños menores de 10 años. Como la manifestación de síntomas es más común en niños pequeños, resulta complicado precisar la cantidad de contagiados.
Por ello, todos, principalmente aquellos que vivimos en la zona de donde se presenta esta dolencia, debemos poner nuestro granito de arena para combatirlo y erradicarlo por completo.
Sin embargo, nos preguntamos ¿Que podemos hacer para combatir el dengue y prevenir así sus complicaciones? ¿Qué medidas podemos tomar al respecto? A continuación recomendaciones sencillas, pero factibles, con el fin de combatir al mosquito vector.
El dengue es una enfermedad vírica, causada principalmente por la picadura del mosquito Aedes aegypti. La infección causa síntomas clásicos, y puede transformarse en un cuadro mortal, llamado dengue grave.
Los brotes del virus ocurren en climas tropicales, con variación de la temperatura y precipitaciones, y también como consecuencia de los fenómenos climatológicos. Afecta a los lactantes, niños, adolescentes y adultos, por eso es importante que todos tomen medidas preventivas.
El principal canal de difusión es el mosquito hembra de la especie Adedes aegypti, también conocido como “patas blancas”. El zancudo infectado deposita los huevos mediante la picadura a una persona.
Durante los cuatro y 12 días desde que los microorganismos se expanden por el cuerpo, el paciente puede retransmitir la enfermedad, al ser picado por un insecto que no padezca del virus. Este animal también es el responsable de la transmisión de la fiebre chikungunya, la fiebre amarilla y el zika.
Hasta el momento, no existe un medicamento específico para combatir el dengue, solo hay tratamientos para aliviar los síntomas.
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Los pacientes infectados deben acudir inmediatamente a un centro hospitalario y consultar a un médico, para que les suministren las medicinas adecuadas y cuidados especiales, ya que fármacos como los salicilatos (aspirinas y similares), están contraindicados, y son capaces de agravar la condición del paciente afectado. Además, se sugiere mantener la ingesta de líquidos en todo momento.
Debido a que todavía no existe algún método para controlar la infección del virus dengue, lo mejor es acabar con los mosquitos vectores desde casa. Actúa rápido para protegerte, anota las siguientes tareas:
+ Eliminar los criaderos (charcos, neumáticos, botellas, entre otros).
+ Cubrir los recipientes con agua de uso doméstico.
+ Fumigar a diario (eliminación de insectos adultos).
+ Evitar salir de casa en horas de mayor circulación de mosquitos (6-8 a.m.y 5-7 p.m.)
+ Utilizar ropa clara con camisa/pantalón de mangas largas.
+ Rociar repelentes en zonas del cuerpo descubiertas.
+ Utilizar espirales o tabletas de repelentes en el hogar.
Las mujeres embarazadas son mas vulnerables a padecir complicaciones (abortos, sangrados) aunque no se ha deterta do mayores daños orgánicos al feto
Existen cuatro serotipos del virus. Una vez que la persona es infectada, adquiere el dengue clásico, y no volverá a ser contagiada por el mismo serotipo. Si es infectado una segunda vez, particularmente por alguno de los tres virus restantes, puede padecer dengue grave, debido a un fenómeno de exacerbación inmunológica, donde la primera infección sensibiliza las células inmunes para reaccionar agresivamente en una segunda transmisión.
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El dengue grave o hemorrágico es una complicación infecciosa iniciada entre el día cuatro y seis de los síntomas clásicos, con signos de alarma: dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, sangrado de mucosas (heces, orina, encías, piel), letargía o irritabilidad extrema, aumento del tamaño del hígado, derrames serosos en peritoneo, retención de líquidos, incremento brusco de glóbulos rojos, y disminución del conteo de plaquetas.
Incluye derrames serosos cuantiosos, colapso cardiovascular, daño severo de diferentes órganos (cerebro, riñón, hígado, corazón, pulmones) y muerte en pacientes manejados inadecuadamente, o que acudieron tarde al centro hospitalario.
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